35 años sin Félix Rodríguez de la Fuente
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La muerte del naturalista burgalés conmocionó a España ese 14 de marzo de 1980, cuando la avioneta en la que viajaba se estrelló en las tierras de Alaska. Su mujer y sus tres hijas aguardaban en casa una llamada para felicitarle. Ese mismo día, en el que cumplía 52 años, murió el hombre y nació la leyenda
La trágica muerte compartió actualidad con la constitución del Parlamento vasco tras las elecciones del 9 de marzo (ganó el PNV con 25 escaños y su candidato, Carlos Garaicochea, se convirtió en el primer Lehendakari del Gobierno Vasco tras la promulgación del Estatuto de Guernica) y la imagen del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, conversando con el presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, durante su viaje a Cataluña para apoyar a los Centristas de Cataluña-UCD en la campaña política. En esta comunidad también se celebrarían elecciones cuatro días más tarde.
«Murió Félix Rodríguez de la Fuente», tituló el diario decano de la prensa española y eligió para acompañar el texto una imagen del naturalista rodeado de niños mientras sujetaba sonriente un cachorro de león junto a Vanesa Wannenburg, en aquel momento Miss Sudáfrica. Serían los niños y los animales dos de sus pasiones. Siempre se interesó por la educación de los más pequeños. Organizó campamentos infantiles por los que pasaron cientos de niños. Intentó en todo momento contagiarles su amor por la naturaleza. Especialmente por el lobo ibérico, el oso pardo, el lince o el águila.
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A fondo 35 años sin Félix Rodríguez de la Fuente
El genio de TVE
La conmoción tomó presa a Televisión Española. No solo había perdido
al gran comunicador de la cadena, otros dos compañeros (los cámaras
Teodoro Roa y Alberto Mariano Huesca, de 38 y 27 años, respectivamente),
también dejaron su vida en Alaska. Casualmente, Alberto había
permanecido un año de baja tras sufrir otro accidente grabando en
Baleares un programa anterior de Félix Rodríguez de la Fuente. Eran tiempos en los que las estrellas de las cadenas pugnaban por sus merecidos tronos a golpe de trabajo, talento y genialidad. Decía Marisa Ciriza, también en las páginas de El Norte de Castilla, que Rodríguez de la Fuente le dio un un vigor extraordinario a la cadena; «él supo, como nadie, conectar con el público a través de la televisión y su muerte fue el primer gran impacto que los telespectadores recibieron en su relación viva y directa con la televisión».
El hecho de que en aquel entonces solo existiera una televisión con dos cadenas multiplica hasta el infinito este triunfo. ‘El hombre y la Tierra’ destacaba en una programación con carta de ajuste y horario de cierre, en la que se emitía La casa de la pradera, La batalla de los planetas, Vickie el Vikingo, Gente joven o Siete días. La popular presentadora de este programa, Isabel Tenaille, fue la encargada de anunciar a los telespectadores la muerte del naturalista burgalés. «Félix, el amigo de los animales, el de la fauna ibérica, el de eL HOMBRE Y LA TIERRA, quien hizo que aprendiéramos a amar a la naturaleza y saber qué era eso de la ecología, se ha ido para siempre, pero ha dejado veinte años de su vida al servicio de una idea con imágenes y sonido; una idea que estará aquí para siempre porque es historia viva de la televisión».
Entierro multitudinario
El miércoles 19 de marzo, Día del Padre en otra ironía del destino,
fue enterrado Félix Rodríguez de la Fuente en su localidad notal. El
pequeño pueblo de poco más de mil habitantes en aquel entonces (35 años
después el censo supera a duras penas los 350), tuvo que acoger a las
más de 10.000 personas que asistieron al sepelio. La lluvia insistente
se mezclaba con la nieve, pero no impidió que numerosos grupos de niños
que llegaron en autobuses desde colegios de Burgos y de otras provincias
dieran el último adiós a su ídolo junto con la familia, los vecinos del
municipio, representantes del mundo de la política de otras provincias
como el País Vasco o Santander, y las autoridades de Castilla y León. No
faltaron sus compañeros de TVE (fue muy sonada la ausencia del entonces
director general de la cadena, Fernando Arias-Salgado, que se excusó
alegando que tenía que acudir a la inauguración, ese mismo día, del
centro regional de Valencia), así como los representantes de la
guardería del Icona y un grupo de Boy Scouts de Burgos.Su legado lo mantienen muy vivo su viuda y sus tres hijas desde la Fundación Rodríguez de la Fuente, instalada en la calle Fuencarral de Madrid. Y no solo con multitud de iniciativas que buscan conservar la naturaleza o seguir dando a conocer el patrimonio documental que generó y atesoró el burgalés, sino también impedir que caiga en el olvido esa filosofía de de restablecer la armonía entre el hombre y la Tierra: «El hombre no es un ovni venido de una lejana galaxia –dijo una vez-; el hombre es un poema tejido con la nieblas del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo y el rugido del león».
Pocos días después del accidente, Marcelle relató al diario: «Félix me llamaba todos los días. En una ocasión le pregunté si estaba contento y me dijo que trabajaba muchísimo, pero que aquello era maravilloso, y le dije: ¿Eres feliz?, y él me respondió: Estoy encantado».
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